Tiene mucho sentido que, justo este año, en el cual el próximo mes de mayo se cumplirán cinco años de existencia activa de esa impagable célula sonora barcelonesa llamada Ojalá Estë Mi Bici (en cuya fiesta algunos ya estamos pidiendo reuniones especiales de Parmesano y Kvasar), la primera de sus citas del 2013 sea una demostración de poderío de formaciones de la casa, con dos proyectos de calidad contrastada (Zónula y Zozobra), y el estreno de otro (que podría haber sido doblete inaugural, de no haberse caído Depiedra) que promete alegrías.
Pero, pese a tan dichosas efemérides, los tiempos son los que son y están como están, y bajo la óptica de este cronista, parece que el zeitgeist de esta segunda década del siglo XXI impregnara los conciertos de nuestros protagonistas. En el caso de Roberto (exKvasar), Zónula, ofreció una de sus actuaciones más oscuras y rotundas, con guitarras reptantes que derivaban en magmas abrasivos en bucle, y momentos cercanos a la no wave (esos samplers crudos combinados con percusiones secas). Por accidente, sólo pudo contar con una sola proyección de Super 8 (recortes, recortes!), quedando así cojo el apartado visual al no producirse asociaciones de imágenes, aunque estableció un diálogo con el tiempo cuando aparecieron secuencias de Plaza Catalunya con la gente paseando tranquilamente (en sus 'bolos' anteriores, proyectaba ese mismo lugar lleno de gente manifestando su descontento con la sociedad y pancartas del 15-M, y su música era más luminosa...). También es la primera actuación que le recuerdo situado delante del proyector (y 'aislado' por una red), en lugar de estar por detrás de éste.
Aislamiento, introspección, incluso rabia (esos insultos y sarcasmos a la encorsetada ortodoxia y 'buenas maneras' de los conciertos), desespero y hasta cierta desorientación escéptica (por primera vez hubo una especie -y reiterada- autoflagelación a su propuesta) son sensaciones que se han ido apoderando de los últimos directos de Zozobra. Ya en La Virgen, el pasado mes de noviembre, se vio a un Antonio menos narrativo y humorístico y más visceral, y este último show fue aún más primario e igual de fascinante, un punto -seductoramente- enfermizo, con teclados minimalistas y obsesivos, crujidos rítmicos pregrabados, y un peso importante de la voz en su estado más abrupto, alargando exclamaciones, o retorciéndola y distorsionándola. La infancia fue el hilo recurrente de dos de sus ¿nuevos? temas (en uno de ellos, se puso como meta improvisar una letra con tres términos que decidiera el público -fueron "columpio", "ojete", y "parchís", y salió a medias-), si bien recuperó clásicos instantáneos de su repertorio como la pieza sobre el control policial en la carretera (coreada por el respetable), o "Soy un hombre". En el bis, se le unieron Sergio, 50% restante en su dupla Facción Fascista, al bombo y los alaridos, Zónula dándole a un plato, y Edu 'Circonite' generando ruido con una baqueta por donde podía para 'atacar' una "Dile a tu madre que tenemos que hablar" requerida por clamor popular, y tan fiera como es habitual.
Entre ambas actuaciones se produjo el mencionado debut de RatPenat. Buen primer concierto de este cuarteto de Barcelona, empezando con dos temas de post-rock brillante y lineal, para luego tirar de piezas donde juegan más con las estructuras, introduciendo en éstas retazos de hard-rock setentero, jazz-rock de los sesenta, o pizcas de post-hardcore, con el bajista Feliu mutando, desde un punto vista de actitud escénica, en Flea en cierto momento puntual de su 'bolo'. Para el bis quedó probablemente el desarrollo más singular, derivando hacia una especie de hard-rockxploitation, con las líneas de guitarra del primer género y el groove del segundo. Los vistosos visuales, a cargo de Dèlia, jugaban con el fundido de imágenes, a veces en relación secuencial (el edificio construido y posteriormente derrumbado para acompañar las dos primeras canciones) y en otras paralela (las escenas con animales salvajes -aunque, ejem, justo después hubiera imágenes grabadas esa noche de personal del colectivo de Roquetes-, o pin ups sexis). En general, hubo cierta e inevitable sensación de ir sobre seguro que sin duda será más relajada y dinámica contra más bagaje tengan en directo, aunque, lamentablemente, quizá ya no tengamos noticias sobre ellos hasta el aniversario biker, por la mudanza continental de dos de sus componentes.
Primer set list de Ratpenat:
Antes de mayo, evidentemente, nos esperan varias noches 'conciertiles' más, esperemos al menos igual de disfrutables que la del pasado 4 de enero.
Arnau Espinach
FOTOS
Pero, pese a tan dichosas efemérides, los tiempos son los que son y están como están, y bajo la óptica de este cronista, parece que el zeitgeist de esta segunda década del siglo XXI impregnara los conciertos de nuestros protagonistas. En el caso de Roberto (exKvasar), Zónula, ofreció una de sus actuaciones más oscuras y rotundas, con guitarras reptantes que derivaban en magmas abrasivos en bucle, y momentos cercanos a la no wave (esos samplers crudos combinados con percusiones secas). Por accidente, sólo pudo contar con una sola proyección de Super 8 (recortes, recortes!), quedando así cojo el apartado visual al no producirse asociaciones de imágenes, aunque estableció un diálogo con el tiempo cuando aparecieron secuencias de Plaza Catalunya con la gente paseando tranquilamente (en sus 'bolos' anteriores, proyectaba ese mismo lugar lleno de gente manifestando su descontento con la sociedad y pancartas del 15-M, y su música era más luminosa...). También es la primera actuación que le recuerdo situado delante del proyector (y 'aislado' por una red), en lugar de estar por detrás de éste.
Aislamiento, introspección, incluso rabia (esos insultos y sarcasmos a la encorsetada ortodoxia y 'buenas maneras' de los conciertos), desespero y hasta cierta desorientación escéptica (por primera vez hubo una especie -y reiterada- autoflagelación a su propuesta) son sensaciones que se han ido apoderando de los últimos directos de Zozobra. Ya en La Virgen, el pasado mes de noviembre, se vio a un Antonio menos narrativo y humorístico y más visceral, y este último show fue aún más primario e igual de fascinante, un punto -seductoramente- enfermizo, con teclados minimalistas y obsesivos, crujidos rítmicos pregrabados, y un peso importante de la voz en su estado más abrupto, alargando exclamaciones, o retorciéndola y distorsionándola. La infancia fue el hilo recurrente de dos de sus ¿nuevos? temas (en uno de ellos, se puso como meta improvisar una letra con tres términos que decidiera el público -fueron "columpio", "ojete", y "parchís", y salió a medias-), si bien recuperó clásicos instantáneos de su repertorio como la pieza sobre el control policial en la carretera (coreada por el respetable), o "Soy un hombre". En el bis, se le unieron Sergio, 50% restante en su dupla Facción Fascista, al bombo y los alaridos, Zónula dándole a un plato, y Edu 'Circonite' generando ruido con una baqueta por donde podía para 'atacar' una "Dile a tu madre que tenemos que hablar" requerida por clamor popular, y tan fiera como es habitual.
Entre ambas actuaciones se produjo el mencionado debut de RatPenat. Buen primer concierto de este cuarteto de Barcelona, empezando con dos temas de post-rock brillante y lineal, para luego tirar de piezas donde juegan más con las estructuras, introduciendo en éstas retazos de hard-rock setentero, jazz-rock de los sesenta, o pizcas de post-hardcore, con el bajista Feliu mutando, desde un punto vista de actitud escénica, en Flea en cierto momento puntual de su 'bolo'. Para el bis quedó probablemente el desarrollo más singular, derivando hacia una especie de hard-rockxploitation, con las líneas de guitarra del primer género y el groove del segundo. Los vistosos visuales, a cargo de Dèlia, jugaban con el fundido de imágenes, a veces en relación secuencial (el edificio construido y posteriormente derrumbado para acompañar las dos primeras canciones) y en otras paralela (las escenas con animales salvajes -aunque, ejem, justo después hubiera imágenes grabadas esa noche de personal del colectivo de Roquetes-, o pin ups sexis). En general, hubo cierta e inevitable sensación de ir sobre seguro que sin duda será más relajada y dinámica contra más bagaje tengan en directo, aunque, lamentablemente, quizá ya no tengamos noticias sobre ellos hasta el aniversario biker, por la mudanza continental de dos de sus componentes.
Primer set list de Ratpenat:
Antes de mayo, evidentemente, nos esperan varias noches 'conciertiles' más, esperemos al menos igual de disfrutables que la del pasado 4 de enero.
Arnau Espinach
FOTOS
ZONULA
RATPENAT
ZOZOBRA
fotos:juanma
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