CRÓNICOS DE LA BICI
DESGUACE BENI + TREITUM
10.03.12
SALA ROKETES
Para Desguace Beni (ella, batería; él, guitarra) un micrófono debe ser algo así como el instrumento del diablo, el que tienen los políticos para hacer humor del malo, que es el que se ríe del pueblo en lugar de apuntar hacia arriba. Y es que, no sólo son una banda sin cuerdas vocales, sino que ni siquiera utilizan el mencionado aparato para agradecer al personal que haya venido, informar -falsamente- de que viene una lenta, avisar de que tocarán los dos últimos temas, etc., ya que lo hicieron a pleno pulmón.
DESGUACE BENI + TREITUM
10.03.12
SALA ROKETES
Para Desguace Beni (ella, batería; él, guitarra) un micrófono debe ser algo así como el instrumento del diablo, el que tienen los políticos para hacer humor del malo, que es el que se ríe del pueblo en lugar de apuntar hacia arriba. Y es que, no sólo son una banda sin cuerdas vocales, sino que ni siquiera utilizan el mencionado aparato para agradecer al personal que haya venido, informar -falsamente- de que viene una lenta, avisar de que tocarán los dos últimos temas, etc., ya que lo hicieron a pleno pulmón.
Así funcionan los madrileños Desguace Beni: estómago, agallas, y hacia adelante, para acabar (en el caso de él) deshidratado y con la lengua fuera, o (en el caso de ella) hecha un cisco por tocar encorvada y apretar las baquetas como si fueran morteros que, por nada del mundo, deben caer al suelo. Blues-rock intenso, troglodita y ruidoso, encapsulado, gran parte de las veces (sobretodo en el tramo final), en estallidos de minuto o minuto y medio, y con momentos tan sublimes como el de "Oscura es la noche", con ese riff que parece el de "I wanna be your dog" invertido, más una ensalada de baquetazos a los platos. Larga vida al primate que llevamos dentro, si suena con la frescura e ímpetu de este par.
Les precedieron los barceloneses Treitum, fans no declarados (sería perogrullar) de Black Sabbath, Led Zeppelin, y el hard-rock setentero en general (pero no el que Thin Lizzy y demases sometieron a dieta), y de las voces guturales. Sin embargo, fue paradójico que, siendo dos guitarras, bajo, y batería, sonaran más mansos que los hermanísimos de la capital (entre otras cosas, porque la voz se imponía demasiado a la música -y eso que, cual recomendación del destino, les falló el micro en más de una ocasión-). Buenos referentes, pero les pasa como a los pivots europeos que van a jugar a la NBA: hay que ganar en músculo -sonido- para hacerse un hueco en el equipo de los jugones nacionales del rock 'pesado'.
Todo este pitoste, por cierto, tuvo lugar en nuestro centro (in-)cívico preferido: "Rocketeer", el Casal de Joves de Roquetes.
Les precedieron los barceloneses Treitum, fans no declarados (sería perogrullar) de Black Sabbath, Led Zeppelin, y el hard-rock setentero en general (pero no el que Thin Lizzy y demases sometieron a dieta), y de las voces guturales. Sin embargo, fue paradójico que, siendo dos guitarras, bajo, y batería, sonaran más mansos que los hermanísimos de la capital (entre otras cosas, porque la voz se imponía demasiado a la música -y eso que, cual recomendación del destino, les falló el micro en más de una ocasión-). Buenos referentes, pero les pasa como a los pivots europeos que van a jugar a la NBA: hay que ganar en músculo -sonido- para hacerse un hueco en el equipo de los jugones nacionales del rock 'pesado'.
Todo este pitoste, por cierto, tuvo lugar en nuestro centro (in-)cívico preferido: "Rocketeer", el Casal de Joves de Roquetes.
texto: Arnau
Fotos: Rober
DESGUACE BENI (Mad.)
TREITUM (Bcn)