martes, 22 de enero de 2013

CRÓNICO DE LA BICI: CLECKHUDDERSFAX (london, UK) + BEARDS (leeds, UK)


CRÓNICO DE LA BICI:
CLECKHUDDERSFAX (london, UK) + BEARDS (leeds, UK)
Domingo 20.01.13
Roketes

Eso de que los domingos están hechos para poner el culo en pompa ante la pereza es un mito y un fraude. Agónicos son los festivos que uno observa descolorizarse hasta otro lunes gris, y multitud son las veces que uno ha de ser mentalmente fuerte para liberarse del yugo de ese diablo universal que es la pereza. Otras, en cambio, deberían generar un 'gusanillo' en las articulaciones que pusiera al organismo fácilmente en marcha, caso de un concierto de Ojalá Estë Mi Bici. Y más, cuando prometen el bailoteo que supuraban vía soporte digital las bandas programadas en el centésimo décimo concierto del colectivo de Roquetes.

En el Kasal de Joves, precisamente, fue donde tuvo lugar esta vesprada que iniciaron las inglesas Beards, un trío que servidor iba presentando a sus amistades como 'a qué habrían sonado Sleater-Kinney de haber hecho post-punk', pero que obligaron a cambiar de etiqueta una vez empezaron su actuación: punk-funk. Sólo faltó el cencerro. Y es que el bajo comandante y la batería minimalista eran de Nueva York, mientras la rabia guitarrística y la voz antimelódica eran de Washington, con cierta deriva post-hardcore en un par de canciones, rompiendo su estructura, inclusive. Como no, se marcaron un 'bolo' muy rítmico a la par que feroz, en el que su buen hacer compositivo y su desparpajo dejaron en segundo plano ciertos problemas de sonido con la guitarra, y un puñado de metidas de 'gamba' iniciales de una 'baquetas' (y cantante) que a medio concierto empezó a dar sensación de que iba a desfallecer, pero remontó y aguantó como una cosaca, mientras el personal -cerca de 40 personas- de las primeras filas bailaba y se sacudía como si fuera viernes noche. El bis, de nuevo con la guitarra 'muriéndose' a medio tema (y POR ello), fue puro punk-funk febril à la "Dance" de ESG. Vaya vaya, cómo se las gastan en Leeds...  

Británicos también, pero de la City, Londres, son Cleckhuddersfax. Algo planos en sus dos primeros temas, rock con sintetizadores que sonaba enérgico pero monótono, fue empezar a hacer de las suyas el teclista, y coger brillo su propuesta: desde líneas moriscas hasta otras cósmico-buenrollistas, como un supuesto arco iris en el espacio, hipnotizaba nuestros cuerpos junto, qué duda cabe, el gran hacer del bajista y el batería, elásticos, con ímpetu, y mucha frescura, terminando algunas piezas en intensas espirales rítmicas. El cantante, de voz alienígena y con el modulador de ésta cargado cual bandolera, recordaba a Tristanbraker intentando capturar cacofonías. A medio concierto, hubo un tema de pulso frenético que acabó de enardecer a un público que ya venía 'calentito' de Beards, y algún que otro brinco espontáneo tuvo lugar. Ya con entrega absoluta por parte del respetable, en el intenso bis el frontman hizo que nos acercáramos al escenario para luego volver (estuvo todo el 'bolo' a pie de pista) al 'gallinero', y que le acompañáramos a grito pelado.

A fe que lo consiguió, igual que los bikers lograron que hoy haya un puñado de gente más crujida que otros en su trabajo, pero con una sonrisa de oreja a oreja.

Texte: Arnau Espinach


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