lunes, 26 de octubre de 2015

CRÓNICO DE LA BICI- PNEU + DON VITO + GONDOLIERS - 25.10.15 ROKETES

PNEU

La verdad es que me colé allí por casualidad. Vine de Montevideo a un congreso de bricolaje, el International DIY Barcelona Congress y encontré el evento buscando en interné actividades alternativas para el domingo. Sería en las afueras, en la última parada del metro, en un centro llamado Kasal de Jóvenes de Roquetes (sic). Lo que no esperaba era encontrarme con tantos fanáticos bricomaníacos como yo. En seguida me di cuenta de que aquel espectáculo sería inusual. Hacía un calor de muerte cuando empezaron a liarla los dos franceses del gremio del neumático: Pneu. Uno de ellos se puso a arreglar una llanta a martillazos, siguiendo un patrón hipnótico, constante, que dejaba al personal arrobado y medio idiotizado. El otro cortaba alambres con una extraña máquina, una especie de subfusil mutante con diferentes módulos con luces de colores en el suelo. Los asistentes movían las cabezas y los cuerpos como si estuvieran en un concierto, entregados al ritmo y los vaivenes metálicos. Al cabo de media hora terminó todo y la gente se miraba con cara de circunstancia, lógicamente incomodada por ese extraño comportamiento. Cinco minutos después salieron otros tres concursantes a la arena, unos italo-alemanes con evidentes relaciones con la mafia que se dedicaron a intimidar al personal a base de trallazos con unos sonidos inverosímiles. Algunos de los espectadores estaban más pendientes de hacerles fotos que de ver la actuación, pero los tíos reían como si eso fuera lo único que les hacía disfrutar en la vida. Una curiosidad: tenían a una chica que arreglaba tuberías, cosa nada común en el mundo del bricolaje, y la verdad es que la mina creaba unas disonancias bien gordas. El personal estaba tan contento que apenas le quedaban ganas para ver lo que yo creía que sería el plato fuerte de la noche: gondoleros trabajando en directo. Creo que a todos les decepcionó descubrir que venían de Boston, no de Italia. Trabajaban fino y elegante, pero quizá se daban demasiada importancia. Ponían mucha tecnología en el proceso y les faltaba algo de frescura. Para ser francos, tampoco es que cantaran al estilo veneciano, y la concurrencia se quedó un poco fría. Pero qué demonios. Nunca había estado en una actividad extracurricular del Congreso de Bricolaje que me dejara tan sonado. Agarré una birra artesana, me comí un bocadillo de hamburguesa de lentejas y bajé silbando hasta el metro. 





 DON VITO






 GONDOLIERS






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