CRÓNICOS DE LA BICI
FORDAMAGE + MARVIN
25.04.12
LA RESISTENCIA
Hay bandas contundentes. Hay bandas ruidosas. Hay bandas cafres. Hay bandas espídicas, Hay bandas que incluso pueden ser todo lo anterior a la vez y sin embargo, sus actuaciones no tienen músculo. Son explosivas y/o poderosas, vale, pero no logran tensar internamente la manifestación viva de una canción y mantener sin ceder a fatigas, dicha intensidad durante todo el recital. Como una puta línea en el horizonte sonoro que retroalimente su energía y, a su vez, hace de oráculo para los espectadores conciertiles que hemos discernido, si no es una paja mental personal, esa sensación (hasta donde me llega la memoria, aquí, en Barcelona, la epifanía tuvo lugar por última vez, sin contar el doble 'bolo' veraniego de nuestros protagonistas. Pues 'el músculo' volvió a palpitar incesantemente el pasado miércoles 25 de abril en La Resistencia (L'H) cuando Fordamage se pusieron manos a la obra, manteniéndose constante e inamovible aunque reducieran la metralla sónica hasta sostenerse sólo con la(s) guitarra(s), y, aún con más razón, con las sacudidas instrumentales previas, o al volver con los andanazos. Vinieron a presentar los temas de un nuevo disco que aún no es palpable, pero que, por lo que pudimos escuchar, parece ser que seguirá con los jeroglíficos post-hardcore de sus trabajos previos. Guitarra y bajo no hicieron ascos a darse un paseo entre el personal en dos momentos concretos y en el último tema se les unieron Marvin.
Quedémonos con éstos últimos: Marvin. Un trío con cuádruple presencia de sintetizadores en el escenario (tres de ellos a cargo de Emilie) guitarra y batería, que mezclan rock feroz y 'electro' de guerrilla (casi 'garrafonero'), y ofrecieron un 'bolo 'divertido que basculaba entre el porrazo sintético (sobretodo cuando cantaba ella, con distorsión vocal robótica) y la tormenta eléctrica (sobretodo cuando cantaba el guitarra, con, valga la redundancia, distorsión vocal distorsionada, atmosférica), y que funcionó bien para 'abrir fuego' esa noche. Fordamage también se subieron (o se habían subido, tal y como hemos empezado esta crónica), hacia la mitad de la actuación, a tocar un tema con ellos.
Y automasajeándonos las cervicales, volvimos a casa, felices.
FORDAMAGE + MARVIN
25.04.12
LA RESISTENCIA
Hay bandas contundentes. Hay bandas ruidosas. Hay bandas cafres. Hay bandas espídicas, Hay bandas que incluso pueden ser todo lo anterior a la vez y sin embargo, sus actuaciones no tienen músculo. Son explosivas y/o poderosas, vale, pero no logran tensar internamente la manifestación viva de una canción y mantener sin ceder a fatigas, dicha intensidad durante todo el recital. Como una puta línea en el horizonte sonoro que retroalimente su energía y, a su vez, hace de oráculo para los espectadores conciertiles que hemos discernido, si no es una paja mental personal, esa sensación (hasta donde me llega la memoria, aquí, en Barcelona, la epifanía tuvo lugar por última vez, sin contar el doble 'bolo' veraniego de nuestros protagonistas. Pues 'el músculo' volvió a palpitar incesantemente el pasado miércoles 25 de abril en La Resistencia (L'H) cuando Fordamage se pusieron manos a la obra, manteniéndose constante e inamovible aunque reducieran la metralla sónica hasta sostenerse sólo con la(s) guitarra(s), y, aún con más razón, con las sacudidas instrumentales previas, o al volver con los andanazos. Vinieron a presentar los temas de un nuevo disco que aún no es palpable, pero que, por lo que pudimos escuchar, parece ser que seguirá con los jeroglíficos post-hardcore de sus trabajos previos. Guitarra y bajo no hicieron ascos a darse un paseo entre el personal en dos momentos concretos y en el último tema se les unieron Marvin.
Quedémonos con éstos últimos: Marvin. Un trío con cuádruple presencia de sintetizadores en el escenario (tres de ellos a cargo de Emilie) guitarra y batería, que mezclan rock feroz y 'electro' de guerrilla (casi 'garrafonero'), y ofrecieron un 'bolo 'divertido que basculaba entre el porrazo sintético (sobretodo cuando cantaba ella, con distorsión vocal robótica) y la tormenta eléctrica (sobretodo cuando cantaba el guitarra, con, valga la redundancia, distorsión vocal distorsionada, atmosférica), y que funcionó bien para 'abrir fuego' esa noche. Fordamage también se subieron (o se habían subido, tal y como hemos empezado esta crónica), hacia la mitad de la actuación, a tocar un tema con ellos.
Y automasajeándonos las cervicales, volvimos a casa, felices.
Texto: Arnau
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